Hola, mi nombre es Camila. Tengo 21 años y estudio la universidad aquí en Puebla. La verdad es que dependo económicamente de mis papás y aunque a veces tengo un trabajito de medio tiempo, la mayor parte de mi día se va en uni. Para mí, lo más importante en la vida es mi independencia y poder crecer profesionalmente. Siempre he pensado que planificar mi futuro es clave para lograr mis metas.
Cuando me enteré de que estaba embarazada, mi mundo se vino abajo. No porque esté en contra del aborto, para nada. Siempre he pensado que es una decisión que cada mujer debe poder tomar para no arruinar sus planes. Pero una cosa es pensarlo y otra es vivirlo. Sentí muchísima ansiedad, no solo por el procedimiento en sí, sino por el miedo a que mi familia o mis amigos se enteraran.
El juicio social pesa muchisimo, y aunque yo estaba segura de mi decisión, el miedo a la crítica era enorme. Sabía que necesitaba abortar, pero tenía que ser algo que se ajustara a mi realidad: la de una estudiante con grandes sueños, pero con recursos y apoyo limitados.
Mi historia en Médica Libertad comenzó como empiezan muchas cosas en mi vida: con una búsqueda en Google. Estaba aterrada, ahí andaba yo buscando en Google con el corazón en la garganta. Recuerdo perfecto lo que ponía: clínicas para abortar seguras en Puebla o interrupción legal del embarazo cerca de mí, me salían mil opciones, pero todas me generaban más dudas. Me preguntaba: ¿Será una clínica para abortar confiable?, ¿cuánto cuesta un aborto con medicamentos?, ¿qué tan seguro es un aborto legal en Puebla?. Cada clic era un laberinto de información médica que a veces no entendía y precios que no sabía si podía pagar.
Lo que más me preocupaba, era la confidencialidad. No podía permitirme que nadie se enterara. Necesitaba un lugar que me garantizara discreción absoluta. Además, como estudiante, el dinero es un tema. No podía pagar una fortuna, así que buscaba una opción en Puebla para no viajar a la CDMX pero que no sacrificara la seguridad. Y claro, necesitaba que el proceso fuera rápido. No podía irme mucho tiempo de la universidad o de mi casa sin levantar sospechas.
Quería un lugar donde no me sintiera juzgada, donde me trataran con empatía y no me juzgaran. Vi varias clínicas en línea, pero algunas se sentían muy frías, muy impersonales. Otras no eran claras con sus precios y eso me generaba desconfianza.
Elegí Médica Libertad porque desde el primer contacto sentí la diferencia. Su página web era clara y toda la información sobre el proceso estaba explicada de forma sencilla. Cuando escribí, respondieron a todas mis preguntas de inmediato, me aseguraron que todo era 100% confidencial y me explicaron las opciones que tenía, incluyendo los costos, de manera transparente, eso me dio una paz mental que no había sentido en días.
“Sentí que entendían mi miedo y mi necesidad de un espacio seguro y respetuoso. No me sentí juzgada, sino apoyada”
Mi experiencia en la clínica fue exactamente lo que necesitaba. Llegé a un lugar limpio, tranquilo y todo el personal, desde la recepcionista me trataron con una calidez y un respeto increíbles. Me sentí segura y cuidada en todo momento.
Al final, recibí justo lo que buscaba: un procedimiento seguro y profesional y, sobre todo, una atención empática y confidencial.
Si estás pasando por una situación similar, si te sientes sola y asustada como yo me sentí, te recomiendo con todo el corazón que te acerques a Médica Libertad. No solo me ayudaron a resolver un problema, sino que me devolvieron la tranquilidad y la confianza para seguir adelante con mi vida y mis sueños. Les estaré siempre agradecida por haberme dado el apoyo que necesitaba en uno de los momentos más difíciles de mi vida.
